Javier Jack es un empresario y corredor automovilístico de 41 años de edad, que siendo mucho chico conoció a juan maría y con el paso del tiempo se hicieron amigos.
Compartieron charlas, mates, almuerzos y en un momento dado el “flaco” le ofreció venderle su museo. Todos los autos, trofeos, buzos antiflamas y todos los tesoros que Juan María, tenía en su Museo de Ramallo.
“Este verano me entero por un amigo de Juan y amigo en común, que Traverso quería hablar conmigo y vender los autos. Le dije ‘mañana me voy a Ramallo’. Llegué allá a las 9 de la mañana y me fui a las seis de la tarde. Yo pensé que él quería vender un par de autos, pero no todos. Nos pusimos de acuerdo y nos quedamos con todo el museo, todos los autos, los trofeos y buzos antiflama”.
Hubo un pedido especial del Flaco: “Me dijo que en algún momento en su honor quería que sus cosas estén en un museo. Le dije que se quedara tranquilo y que iba a tratar de lograrlo porque había sido todo muy rápido, pero que algo iba a hacer con los autos. También le aseguré que no debe haber mejores manos para guardarlos”.
Traverso quería que “los autos quedaran todos juntos, porque si se vendían uno a cada persona se iban a perder. Que los estaba comprando alguien que sabía lo que compraba. No quería, por ejemplo, vendérselos a una terminal porque el día de mañana cambiaba el presidente y los autos terminaban en un galpón. Esto no tiene solo un valor monetario, sino uno afectivo. Algo único. Alguien puede comprarse cinco o diez Ferrari, pero tener el Falcon campeón del Flaco Traverso es único”.
En unas horas Javier había acordado quedarse con toda la historia de ídolo y reconoce que tardó en caer. “Después se lo conté a muchos amigos y lo que me decían es que no caí en lo que había hecho. Es el último gran ídolo del automovilismo argentino. A veces aún me quedo shockeado y digo ‘mirá lo que tengo’”, acepta.
Los autos de Juan María Traverso
La compra que hizo el empresario y piloto, es la siguiente:
TC 2000: tres cupés Fuego, entre ellas, la que venció en llamas en General Roca y la negra que el Flaco ordenó a Renault cambiar su color por el pedido de una marca de jeans que era su principal sponsor. Además, un Renault 18, un Peugeot 405, un Honda Civic y un Mitsubishi Lancer (no restaurado).
Turismo Carretera: el primer y último Torino con los que corrió, un Chevrolet y un Ford campeones.
Top Race: un BMW y un Mercedes-Benz, también consagrados en la categoría.
Rally: un Renault 18 con el que ganó la fecha mundialista en su clase en 1988.
Se suma una cupé Nissan 300 ZX de una extinta categoría llamada Club Argentino de Pilotos, que tampoco comenzó con su arreglo.
Jack los tiene guardados en un galpón de su propiedad y afirma que “los estoy poniendo en condiciones para que arranquen y giren en algún lado”. Asevera que “los autos son como un tesoro para mí. Por ejemplo, el auto con el que él chocó en Mar de Ajó y que yo lo vi de chico en el autódromo, ahora lo tengo yo. En ese momento tenía 15 años (1998)”.
Sobre si la propuesta del Flaco para venderle sus autos fue una despedida anticipada, sostiene que “creo que fue un poco de todo, como que él quería dejar todo acomodado y que no caigan en manos de alguien que no los cuide”.
Gentileza Snrhoy